No sé si llamarlos así les resulta despectivo y tendría que referirme a ellos como gente de la tercera edad, de la cuarta o personas con mucha experiencia. El caso es que siempre se aprende de ellos, y en algún caso, dan lecciones de vida para hacernos reflexionar.
El caso es que una tarde recogí a un cliente para llevarlo a hacer el tratamiento de diálisis. Un señor de unos 80 años. Me comentó que se había cambiado el turno porque por las mañanas tenía muchas cosas que hacer: la compra, la comida…y ¡¡aprender inglés!! y es que "uno nunca sabe cuando lo va a tener que utilizar" - comentaba.
A los pocos días me alquilé con otro señor para llevarlo a un centro de salud.
-Llevo una semana sin poder salir a la calle de lo que me duelen las piernas - me contaba mientras me vino a la cabeza el caso del señor anterior.
Se lo conté, tratando de animarlo, y me dijo que tenía 82 años y era el secretario general de una ONG en Aragón y que por eso sentía no poder andar.
Todos mis respetos a nuestros mejores clientes.