lunes, 19 de septiembre de 2016

Casposos

Taxi - Zaragoza

Creo que el término casposo lo inventó una persona que se subió en un taxi se éstos.

La imagen que la gente tiene de un taxista no siempre es la mejor, y ojo, creo que nos la hemos ganado a pulso. 

Y es que, hay una especie, que por suerte está en peligro de extinción, que llevan a gala reunir una serie de características y valores de lo más rancio de la España cañí. 

Allá van unos cuantos que todavía existen por aquí:
  • Los que tienen el coche de más de 20 años sin aire acondicionado, se ponen las botas de regar el día de fiesta para lavarlo siendo que el coche huele a rancio.
  • Los que visten calcetines con chanclas y bermudas con camisa por dentro y riñonera o bien zapatos con chándal.
  • Los que están esperando en la parada fumándose una faria (hasta hace poco también fumaban la faria alquilados).
  • Los que cuando van alquilados y se acercan a un semáforo en verde levantan el pie para ver si se pone naranja y entonces clavar los frenos.
  • Los que se compran un Prius y siguen empujando el coche en las paradas.
  • Los que piensan que salir de la placa es perder dinero.
  • Los que se niegan a salir de la parada si la carrera es corta (he visto por lo menos tres casos)
  • Los que piensan que pegar con cinta aislante el palillero al salpicadero es “última tecnología” y además sirve para dejar los papeles detrás.
  • Los que hacen bajarse al cliente si van a un polígono industrial y no conocen la calle.
  • Los que dicen que el billete de 20 es billete gordo y se niegan a cambiarlo.
  • Los que votan NO a tener un día de fiesta porque no saben qué hacer en casa.
  • Los que se ponen la funda de asiento de bolas de madera porque queda bien. O los que ponen una manta como funda en los de la parte de atrás.
  • Los que usan tres membrillos que se han bajado del pueblo como ambientador.
  • Los que exigen que se impriman 1700 circulares en folio en lugar de enviar 1700 emails y los que por suerte para mi, nunca leerán este blog.
La lista sería interminable y no quiero seguir dando pistas a Torrente para su próxima película.

Por suerte, la plantilla se va rejuveneciendo y venimos los jóvenes con otros defectos: el listón está demasiado alto para superarlo.