martes, 24 de octubre de 2023

Nuevas drogas

 

Nuevas drogas

No he probado las drogas, más allá de meter el pie en la piscina para probar la temperatura del agua y con  la punta del dedo comprobar que el agua está fría. Pero como cualquiera, conoce los efectos que producen las drogas más comunes en el comportamiento de las personas que las consumen.

En el mundo del taxi estamos acostumbrados a lidiar con borrachos, todos los fines de semana. El alcohol ha causado verdaderos estragos en las tapicerías de los taxis en todo el mundo. Lo que pasa que, aunque a un beodo lo veas venir y lo puedas esquivar, siempre está el amigo que te para y te lo mete por la otra puerta y ya solo te queda tocar madera.

Sé reconocer los efectos que producen otras drogas, por ejemplo en mandíbulas, pupilas, risas etc.

El caso es que se me empieza a pasar los efectos que producen alguna de las nuevas drogas. 

El otro día cogí a tres chavales de unos 20 años en la calle Corona de Aragón. El chico de puso delante y las dos chicas detrás. Me pidieron dos paradas, una antes de Santa Isabel y otra en Alfajarín. Las dos chicas vestían de forma muy explosiva, pero el tío no les hacía ni caso, parecía que ellas no habían tomado nada y se lo habían dejado todo a él. El caso es que el tío me dio el viaje. No paraba de decir cosas sin sentido, sin gracia y sin ninguna coherencia ni guion - ¿qué te han echado en la bebida? Le pregunté, pero ni me escuchó. Las tías pasaban de él por completo. A la altura de Cobasa hice la primera parada, se bajaba una de las chicas y el tío, que iba a continuar se bajó a estirar las piernas y tomar el aire, según él. 

En estas que el chaval empieza a correr a buena velocidad. Me pongo a su par y el tío seguía corriendo. Yo le gritaba a dos metros pero nada, como si hablara a la pared. La tía pasaba de él y me insistía en que fuéramos a Alfajarín. Lo dejamos corriendo. Ya de vuelta me fijé a ver si lo veía.

Lo encontré andando en dirección contraria a 200 metros de donde se había bajado. De nuevo mis gritos caían en saco roto. Se me quedó la duda de cómo encontraría el camino a casa, cómo reconduciría su vida y que tipo de droga había tomado esa noche.

lunes, 20 de marzo de 2023

El día de año nuevo

"El día de año nuevo" es una canción de Amaral que sirve para poner banda sonora y en contexto esta historia.

Ya no aguanto nada por la noche. Enseguida me vence el sueño. La nochevieja había ido tranquila, sin sobresaltos y a las 5 estaba en la cama. 

Al día siguiente también me tocaba trabajar, dormí unas horas y continúe patrullando. 

Tengo la manía de repasar todas las canciones que le cantan al año nuevo en el 1 de Enero: Amaral, U2, Mecano...  sí que iba que no daba a basto. También porqué debíamos de estar pocos compañeros trabajando y la emisora no paraba de lanzar servicios. 

Subía por vía Universitas cantado por Amaral cuando me entra un servicio para la calle San Antonio. Ya había pasado el giro de la calle Daroca y subir a dar la vuelta en la rotonda de Duquesa Villahermosa me demoraría demasiado. Así que me la jugué a hacer la pirula en la calle Hermanos Gambra para hacer el cambio de sentido y coger dirección. 

No había terminado de echar un trago de agua tras hacer la maniobra y parar en el semáforo cuando dos motos de la policía local se pararon delante de mi, cerrándome el camino. 

Se desmontan chupete en mano: 

- Se acaba de saltar un control de alcoholemia, ¿sabe lo que eso significa? ¿Quiere someterse usted al control? ¿Ha bebido algo? 

- Agua, fue lo único que pude contestar mientras cerraba la botella. 

Había montado un dispositivo de control de alcoholemia a 100 metros que al hacer la pirula lo había esquivado. 

A día de hoy no sé exactamente las consecuencias de saltarse un control de este tipo, pero creo que es peor que dar positivo. Por suerte el agente se me adelantó en las explicaciones y adivinó que iba con prisa a recoger un servicio. Tuve suerte, 0,0. Podía empezar el año cantando.

sábado, 14 de enero de 2023

La delgada línea roja


 

El otro día me llamaron de la central de radio taxi porque les acababa de llamar la policía preguntando por mi. Querían saber el destino de un servicio que había cogido pongamos a las 5.30 am en  Valdespartera. 

Dejaron un teléfono para que yo me pusiera en contacto con ellos y así lo hice. 

Una conversación muy corta:

- Es usted el taxista ¿no? 

- Si soy yo

- ¿Dónde llevó al servicio que le entró ayer a las 5:30?

 - Al Actur. 

Supongo que tendrán otros métodos de búsqueda, pero preguntar directamente al taxista sería el camino más corto si la respuesta les cuadraba.

En esta profesión, a menudo, somos “cómplices “ involuntarios de delitos. Igual no esta así bien expresado en términos de derecho, pero lo que sí que sé ,es que los malos nos utilizan para cometer sus fechorías y nosotros no tenemos ningún margen de actuación. 

Nosotros, por nuestra experiencia, podemos intuir cuándo llevamos a un traficante de drogas, o cuando nuestro acompañante nos está utilizando más allá de un mero servicio de transporte. Los delincuentes saben de nuestra profesionalidad, compromiso con el cliente y con el servicio, y nos utilizan.

Caso aparte es también, cuando “ayudamos” a escapar a cacos que acaban de atracar un banco o cuando llevamos a terroristas en Bélgica al aeropuerto a cometer los famosos atentados. Me resisto a pensar que puedo ser yo el siguiente que lleve a algún desalmado de estos y no tenga en mi mano poder hacer algo.

Y es que muchas veces, tenemos la sensación que cuando uno se sube al taxi desaparece esa delgada línea roja.