viernes, 5 de agosto de 2016

Hidrogenerador

El amigo de un primo de un conocido me comentó que llevaba instalado un generador de hidrógeno en el coche, que estaba muy contento porque estaba ahorrando combustible y el motor le iba mejor.

Yo, que siempre entro al trapo, me lancé.

Empecé a hacer números y a contactar con Hidrocar a través de  su página web. De la noche a la mañana ya era el delegado comercial de Hidrocar Ecológico en Zaragoza, mi nombre figuraba en la página web y empezaban a contactar conmigo los clientes para hacer las primeras ventas.
La verdad es que la web que tenían era fantástica, todo super detallado y muy bien explicado.

Escondía muy bien lo que había detrás o, mejor dicho, dejaba de haber.

El generador que me interesaba costaba 495 euros. Para hacerse delegado el único requisito que me pusieron era comprar 5 a mitad de precio y encargarme de las ventas en la zona norte de España.

Antes de tener el primer contacto físico con ellos ya había vendido dos, así que yo veía un negocio redondo.

El generador consistía en un depósito, los tenían de varios tamaños, que contenía unos electrodos. Se llenaba de agua diluida con potasa, lo cual, mediante una reacción llamada electrolisis, generaba gas hidrógeno. Este gas se pasaba directamente mediante un tubo, a la admisión del motor que llenaba los pistones y entraba en la combustión.

Acababa de haber una explosión en el hospital donde se alojaba el Rey Juan Carlos I, manifestaciones de la marea verde y un país en plena crisis económica. De esa guisa me presento yo en Madrid el 6 de Marzo de 2013 para comprar los generadores y que me lo instalen en un taller de su confianza.

Una hora más tarde de la que habíamos quedado, se presenta en el taller responsable de Hidrocar, en adelante CM, nada que ver con lo que me había imaginado por teléfono. Inseguro, tembloroso, por momentos con arcadas, no me inspiraba nada bueno,  pero ya que había ido hasta allí no me iba a ir de vacío.

Tuve que comprar los 5 generadores, los que ya había vendido no contaban, pagar en efectivo y sin factura.

– Estamos haciendo todo lo posible para regularizar nuestra situación y en cuanto podamos empezaremos a trabajar con IVA y todo regularizado, pero de momento tenemos que trabajar así.

Con el tiempo me di cuenta que con esa frase empiezan todos los timos.
Ese viaje me dejó muchas más sombras que luces.

Probé su coche, un Kia Picanto, con el generador apagado y después en marcha y, aunque él dijera que si, yo no notaba mayor diferencia.

Conocí al fabricante de los generadores, el típico científico loco con cara de buena persona. De vez en cuando entraba al taller a ver como iba la instalación, aunque CM no me dejaba, de hecho no conocía a los del taller y yo estaba haciendo de cobaya para futuras instalaciones. A la hora de pagar no estaba el encargado, así que nos fuimos yo con la factura a mi nombre de 120 euros y CM con el compromiso de pago.

Ya de vuelta, en Zaragoza, conocí a unos ingenieros jubilados que estaban interesados en las energías alternativas y también en la distribución de hidrocar. ¡Los tíos se fabricaban sus propios helicópteros!

Para mi supuso un gran respaldo. Mejoramos la deficiente instalación que me habían hecho en Madrid y le dimos muchas vueltas a como llevar el negocio. Uno de ellos tenía un contacto en la ITV, pero nos cerró las puertas a la primera ya que necesitábamos el certificado del fabricante.

De los cuatro que me quedaban, uno, el de 6 litros, lo vendí a un friki de Cervera para instalarlo en un Seat Panda. Otro se lo instalé a mi hermana en un Peugeot 306. Un amigo mecánico de total confianza se encargó de la instalación. Pensaba hacerle parte del negocio, que el gestionara la parte mecánica y yo la administrativa. Una llamada de mi padre me puso en alerta, el generador de mi hermana se había quemado y el coche estaba ardiendo. Por suerte era una exageración, se había producido un recalentamiento del relé y estaba empezando a echar humo.

Piezas defectuosas, cables en mal estado, falta de profesionalidad, de calidad, de respuesta, de servicio, de garantías, de atención, en definitiva, un timo. De inmediato contacte con CM para que me diera de baja como delegado y quitara mi nombre de la página, además de exigirle la devolución de los dos que me quedaban. Nunca mas supe nada de él.

Posteriormente vi que daban pasos, conseguían registrar el producto, pero veía como aparecían y desaparecían uno tras otros los delegados en la sección de contactos Hidrocar.

En mi opinión, son unos estafadores que venden a 495 euros un producto que cuesta 30. Se dirigen a un público del rollo naturista vendiendo ecología cuando solamente buscan dinero fácil. El generador, bien desarrollado y bien instalado, apenas consigue ahorros de combustible, únicamente se ahorra porque se hace una conducción mas eficiente para aprovechar el hidrógeno y de ahí se ahorra, no por causa efecto del hidrógeno. Ahora bien, la tarea de eliminación de gases nocivos y de limpieza de motor que realiza el hidrógeno es notable.


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