lunes, 11 de octubre de 2021

En un solo segundo

La mayoría de las desgracias ocurren siempre en un segundo. Si has llegado hasta aquí ya has utililizado varios, la desgracia podía ser mayor.

Un domingo por la mañana pasaba por la parada de la Almozara y al ver que estaba vacía decidí parar. 

Justo delante de mi, se agolpaba la fila en el quiosco de la ONCE, lo que me hizo recordar que tenía un cupón por revisar. 

Pensé que me alquilaría antes que terminara la fila, pero en esas que miro otra vez y estaba vacía. 

Cojo el boleto y me decido a abrir la puerta para salir. 

En ese momento, una masa roja pasa a toda velocidad. 

Pensé que la puerta rebotaría y volvería, pero no. 

Intento sujetarla pero ya es tarde, ya solo queda rezar porque los daños sean los menores posibles. 

En ese momento tampoco lo valoro pero salgo ileso, cuando podía haber sido mucho peor. 

Salgo porque la puerta estaba abierta del todo y el murmullo era ensordecedor, acaparaba todas las miradas: un autobús acababa de llevarse mi puerta.



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