sábado, 14 de enero de 2023

La delgada línea roja


 

El otro día me llamaron de la central de radio taxi porque les acababa de llamar la policía preguntando por mi. Querían saber el destino de un servicio que había cogido pongamos a las 5.30 am en  Valdespartera. 

Dejaron un teléfono para que yo me pusiera en contacto con ellos y así lo hice. 

Una conversación muy corta:

- Es usted el taxista ¿no? 

- Si soy yo

- ¿Dónde llevó al servicio que le entró ayer a las 5:30?

 - Al Actur. 

Supongo que tendrán otros métodos de búsqueda, pero preguntar directamente al taxista sería el camino más corto si la respuesta les cuadraba.

En esta profesión, a menudo, somos “cómplices “ involuntarios de delitos. Igual no esta así bien expresado en términos de derecho, pero lo que sí que sé ,es que los malos nos utilizan para cometer sus fechorías y nosotros no tenemos ningún margen de actuación. 

Nosotros, por nuestra experiencia, podemos intuir cuándo llevamos a un traficante de drogas, o cuando nuestro acompañante nos está utilizando más allá de un mero servicio de transporte. Los delincuentes saben de nuestra profesionalidad, compromiso con el cliente y con el servicio, y nos utilizan.

Caso aparte es también, cuando “ayudamos” a escapar a cacos que acaban de atracar un banco o cuando llevamos a terroristas en Bélgica al aeropuerto a cometer los famosos atentados. Me resisto a pensar que puedo ser yo el siguiente que lleve a algún desalmado de estos y no tenga en mi mano poder hacer algo.

Y es que muchas veces, tenemos la sensación que cuando uno se sube al taxi desaparece esa delgada línea roja.

No hay comentarios:

Publicar un comentario