domingo, 18 de octubre de 2020

El diario de Sophie



Matalebreras, Soria, un pueblo de carretera, muy pequeño, conocido porque en su gasolinera paran muchos camiones y, como no, por sus torreznos. 

Era una noche de invierno y un coche llamaba la atención de sus habitantes. En estos pueblos nunca pasa nada y casi se conocen hasta el horario de parada de cada camionero. En su interior estaba Sophie, una chica del norte de Francia, hija de un gendarme. Estaba realizando este año su curso de Erasmus en Soria. El resto de los ocupantes del coche eran hombres, de origen magrebí, que habían visto en Shophie una especie de salvoconducto para no llamar la atención de la policía y que no les parara y descubrieran negocio: el transporte de 80kg de hachís. 

En prensa se publicó que fue un vecino, pero en realidad fue un camionero portugués el que alertó a la guardia civil de la presencia del vehículo. 

Podría ser el comienzo de una novela de intriga pero es un caso real. Berta, abogada del consulado de Francia es su abogada y una de las mejores clientes que tengo. Sophie lleva cerca de un año en la cárcel de Zuera a la espera de juicio y Berta la visita periódicamente. 

Lo que todavía se me escapa, y también a la abogada, aunque le sigue jurando que es inocente, son los motivos por los que Sophie entró a ese coche.

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